El equipo de Déjala Decidir, salió a las calles y habló con jóvenes estudiantes sobre la despenalización del aborto en caso de violación. Estas fueron sus respuestas. Encuesta a jóvenes sobre la despenalización del aborto en caso de violación
DÉJALA DECIDIR es una iniciativa ciudadana para cambiar una ley que vulnera el derecho de las mujeres a decidir.
Busca unir esfuerzos para la despenalización del aborto en casos de violación sexual.
11 octubre, 2014
09 octubre, 2014
Una víctima más: muerte tras aborto
En el Perú ya fue aprobado el protocolo para la práctica de aborto terapéutico en casos de riesgo de vida de la madre. Hemos avanzando en implementación de leyes que tenían años sin poder ejecutarse, sin embargo, en educación e información, sobre todo en las zonas más pobre del Perú hemos avanzando poco. Una noticia del 1 de octubre nos enfrenta a la cruda realidad de las mujeres embarzadas en provincias lejanas: muere una gestante con ocho meses de embarazo tras un aborto.
En el lejano pueblo joven de Picchu Alto, en la humilde vivienda de Nelly Robles Salas de 33 años, alguien la convenció de realizarse un aborto y ella tomó la decisión. Así, con una barriga de ocho meses esta mujer sin mayor información y atormentada por su pobreza en un acto desesperado acabó con su propia vida. Murió en el hospital de contingencia Qali Runa en el Cusco, cuando los médicos intentaban salvarla.
Cuando la Policía investigó la terrible muerte de Nelly descubrió que su pareja es un ranqueado delincuente conocido como "Pajarito", Edwin Cáceres Ríos habría abusado de su propia esposa y luego para no hacerse cargo del pequeño en camino la obligó a abortar en condiciones infrahumanas acabando con su vida.
El hijo mayor de Nelly tiene 16 años y contó su testimonio, él mismo habría sido víctima de abusos por parte de la pareja de su madre. "Primero le hizo tomar ruda con cerveza negra y posteriormente, trajo una mujer a la vivienda, con quien se encerró, en la habitación de mi madre, para que esta le practicara el aborto", contó el joven a los policías.
Este terrible caso nos pone frente a una realidad atroz y desgarradora. Mujeres que viven alejadas de servicios de salud, incapaces de defenderse de sujetos que las dominan física, psicológica y económicamente. Expuestas a perder la vida en circunstancias dolorosas y que se pudieron evitar. Una más y contando.
En el lejano pueblo joven de Picchu Alto, en la humilde vivienda de Nelly Robles Salas de 33 años, alguien la convenció de realizarse un aborto y ella tomó la decisión. Así, con una barriga de ocho meses esta mujer sin mayor información y atormentada por su pobreza en un acto desesperado acabó con su propia vida. Murió en el hospital de contingencia Qali Runa en el Cusco, cuando los médicos intentaban salvarla.
Cuando la Policía investigó la terrible muerte de Nelly descubrió que su pareja es un ranqueado delincuente conocido como "Pajarito", Edwin Cáceres Ríos habría abusado de su propia esposa y luego para no hacerse cargo del pequeño en camino la obligó a abortar en condiciones infrahumanas acabando con su vida.
El hijo mayor de Nelly tiene 16 años y contó su testimonio, él mismo habría sido víctima de abusos por parte de la pareja de su madre. "Primero le hizo tomar ruda con cerveza negra y posteriormente, trajo una mujer a la vivienda, con quien se encerró, en la habitación de mi madre, para que esta le practicara el aborto", contó el joven a los policías.
Este terrible caso nos pone frente a una realidad atroz y desgarradora. Mujeres que viven alejadas de servicios de salud, incapaces de defenderse de sujetos que las dominan física, psicológica y económicamente. Expuestas a perder la vida en circunstancias dolorosas y que se pudieron evitar. Una más y contando.
24 septiembre, 2014
Frases para el debate
El equipo de Manuela Ramos para la campaña “Déjala decidir” se aproximó a los jóvenes de una universidad privada de Lima y les preguntó a un grupo representativo de alumnas:
En el Perú una mujer violada sexualmente y que posteriormente queda embarazada, comete un delito si decide interrumpir ese embarazo. En tu caso ¿Estarías de acuerdo con la despenalización del aborto en caso de violación? ¿Por qué?
Estas fueron las respuestas de las estudiantes mujeres:
SÍ, porque se trata de un embarazo no deseado.
SÍ, porque muchas veces son jóvenes con bajos recursos y no tienen solvencia económica para afrontar esa situación.
SÍ, porque no es responsabilidad‑ de la madre haber quedado embarazada.
NO, porque no se debería atentar contra la vida de alguien. Si la madre no puedo o no quiere criar al bebe, hay otras soluciones para que el bebe viva (como adopción).
SÍ, porque es injusto obligar a una mujer convivir con el recuerdo vivo del opresor sin embargo, también es legítimo dejarla si es que la mujer decida apostar por la vida; no por la presión de no cometer un delito sino por auto convencimiento.
NO, es una vida que no debe interrumpirse al margen de la forma en que fue concebida.
SÍ, porque es brindarle una salida a la mujer que ha sido víctima.
SÍ, porque es un embarazo no deseado.
SÍ, porque una mujer debería tener el derecho a decidir cuando y con quién quiere tener hijos.
SÍ, Porque cada mujer tiene el derecho de elegir lo que quiera hacer.
SÍ, debe ser por libre decisión de la mujer, nada por obligacion
SÍ, porque ese hijo no ha sido gestado por alguien con quien la mujer ha deseado formar una familia.
NO, porque es un bebe, y no tiene la culpa de tanta violencia.
SÍ, porque lo que ocurrió es algo horrible.
SÍ, porque no es un hijo planeado.
SÍ, porque la mujer debería tener la libertad de decidir, una violación es algo impuesto.
NO, ya que es una vida la que está en juego.
SÍ, porque toda mujer tiene derecho a elegir sobre su cuerpo.
SÍ, es mi cuerpo, son mis decisiones.
Estas fueron las respuestas de los estudiantes hombres:
SÍ, la mujer debe ser libre de actuar como le parezca mejor, es su cuerpo, es su decisión.
SÍ, la mujer decide ser madre o no cuando le venga en gana.
NO, según la biblia no podemos matar y por ética y moral todos tenemos derecho a la vida. Sería injusto quitar la vida a un ser que desea nacer.
SÍ, estamos de acuerdo a que un hijo es una bendición y es fruto de mucho amor entre sus padres , pero en este caso la cuestión es diferente ya que la mujer puede recordar en el niño, los momentos difíciles que vivió.
NO SÉ, en realidad dependerá de lo que ella decida, yo lo apoyaría en todo.
SÍ, porque es una acto no deseado y tiene repercusiones en el futuro.
SÍ, es su propia decisión.
SÍ, porque es una violación!
SÍ, porque ser una madre debe ser en todos los casos una elección y no una obligación. SÍ, si hay un crimen de este tipo, las mujeres no deberían de cargar con ese error dentro de sí mismas.
NO, el dar la vida es parte de nuestro sentido como seres humanos en una forma organizada como es el estar insertado en un sistema social.
SÍ, porque considero que hasta un determinado momento es sólo un conjunto de células.
Si en caso fuera ya un feto formado, es duro, pero también estaría de acuerdo porque al final es decisión personal de cada mujer si tiene un hijo o no, el estado no tiene nada que ver.
NO, hay conflictos de derechos tanto por el embrión a la vida y la mujer en derecho a hacer con su cuerpo lo que mejor le venga. Sin embargo el derecho a la vida está por encima de todo
SÍ, porque creo que una persona debe ejercer su libertad consigo misma y su cuerpo.
SÍ, un embarazo así ha sido producto de un acto coaccionado, de un atentado contra esa mujer. Por tanto ella debería poder decidir cómo afrontar esa situación como mejor convenga, sin que el Estado ejerza control sobre esa decisión.
SÍ, es su derecho elegir.
SÍ, es un hijo que no ha sido concebido de manera planificada sino por un acto de negativo como es la violación.
SÍ, porque no es un hijo deseado.
SÍ, porque se cometió un crimen contra la mujer.
SÍ, porque si yo fuera mujer, no podría ver como mi hijo crece y recordar siempre que fue producto de una violación.
NO, porque es una vida la que se estaría eliminando y hacerlo esta pésimo.
SÍ, porque seria un embarazo no deseado y se habría cometido una delito en contra de la mujer.
En el Perú una mujer violada sexualmente y que posteriormente queda embarazada, comete un delito si decide interrumpir ese embarazo. En tu caso ¿Estarías de acuerdo con la despenalización del aborto en caso de violación? ¿Por qué?
Estas fueron las respuestas de las estudiantes mujeres:
SÍ, porque se trata de un embarazo no deseado.
SÍ, porque muchas veces son jóvenes con bajos recursos y no tienen solvencia económica para afrontar esa situación.
SÍ, porque no es responsabilidad‑ de la madre haber quedado embarazada.
NO, porque no se debería atentar contra la vida de alguien. Si la madre no puedo o no quiere criar al bebe, hay otras soluciones para que el bebe viva (como adopción).
SÍ, porque es injusto obligar a una mujer convivir con el recuerdo vivo del opresor sin embargo, también es legítimo dejarla si es que la mujer decida apostar por la vida; no por la presión de no cometer un delito sino por auto convencimiento.
NO, es una vida que no debe interrumpirse al margen de la forma en que fue concebida.
SÍ, porque es brindarle una salida a la mujer que ha sido víctima.
SÍ, porque es un embarazo no deseado.
SÍ, porque una mujer debería tener el derecho a decidir cuando y con quién quiere tener hijos.
SÍ, Porque cada mujer tiene el derecho de elegir lo que quiera hacer.
SÍ, debe ser por libre decisión de la mujer, nada por obligacion
SÍ, porque ese hijo no ha sido gestado por alguien con quien la mujer ha deseado formar una familia.
NO, porque es un bebe, y no tiene la culpa de tanta violencia.
SÍ, porque lo que ocurrió es algo horrible.
SÍ, porque no es un hijo planeado.
SÍ, porque la mujer debería tener la libertad de decidir, una violación es algo impuesto.
NO, ya que es una vida la que está en juego.
SÍ, porque toda mujer tiene derecho a elegir sobre su cuerpo.
SÍ, es mi cuerpo, son mis decisiones.
Estas fueron las respuestas de los estudiantes hombres:
SÍ, la mujer debe ser libre de actuar como le parezca mejor, es su cuerpo, es su decisión.
SÍ, la mujer decide ser madre o no cuando le venga en gana.
NO, según la biblia no podemos matar y por ética y moral todos tenemos derecho a la vida. Sería injusto quitar la vida a un ser que desea nacer.
SÍ, estamos de acuerdo a que un hijo es una bendición y es fruto de mucho amor entre sus padres , pero en este caso la cuestión es diferente ya que la mujer puede recordar en el niño, los momentos difíciles que vivió.
NO SÉ, en realidad dependerá de lo que ella decida, yo lo apoyaría en todo.
SÍ, porque es una acto no deseado y tiene repercusiones en el futuro.
SÍ, es su propia decisión.
SÍ, porque es una violación!
SÍ, porque ser una madre debe ser en todos los casos una elección y no una obligación. SÍ, si hay un crimen de este tipo, las mujeres no deberían de cargar con ese error dentro de sí mismas.
NO, el dar la vida es parte de nuestro sentido como seres humanos en una forma organizada como es el estar insertado en un sistema social.
SÍ, porque considero que hasta un determinado momento es sólo un conjunto de células.
Si en caso fuera ya un feto formado, es duro, pero también estaría de acuerdo porque al final es decisión personal de cada mujer si tiene un hijo o no, el estado no tiene nada que ver.
NO, hay conflictos de derechos tanto por el embrión a la vida y la mujer en derecho a hacer con su cuerpo lo que mejor le venga. Sin embargo el derecho a la vida está por encima de todo
SÍ, porque creo que una persona debe ejercer su libertad consigo misma y su cuerpo.
SÍ, un embarazo así ha sido producto de un acto coaccionado, de un atentado contra esa mujer. Por tanto ella debería poder decidir cómo afrontar esa situación como mejor convenga, sin que el Estado ejerza control sobre esa decisión.
SÍ, es su derecho elegir.
SÍ, es un hijo que no ha sido concebido de manera planificada sino por un acto de negativo como es la violación.
SÍ, porque no es un hijo deseado.
SÍ, porque se cometió un crimen contra la mujer.
SÍ, porque si yo fuera mujer, no podría ver como mi hijo crece y recordar siempre que fue producto de una violación.
NO, porque es una vida la que se estaría eliminando y hacerlo esta pésimo.
SÍ, porque seria un embarazo no deseado y se habría cometido una delito en contra de la mujer.
18 septiembre, 2014
La despenalización en cifras y el camino por andar
El camino por andar para validar los
derechos reproductivos de las mujeres recién empieza. Lo que se ha reconocido
es el aborto por motivos terapeúticos, es decir, cuando la vida de la madre
está en franco peligro. Sin embargo, el aborto por violación no está
contemplado y aunque no hay cifras de cuántas de las mujeres que buscan un
aborto clandestino fueron violentadas sexualmente, se sabe que es un gran
porcentaje.
Es por eso que resulta importante revisar
cifras. Cifras que más que duros números son indicadores de cómo están los
derechos de las mujeres en salud reproductiva. Según el libro “El aborto
clandestino en el Perú” de la investigadora Delicia Ferrando son 370 mil los
abortos clandestinos que se producen anualmente en el país. En proporción son 5
de cada 100 gestantes las que abortan en las peores condiciones.
Este tipo de prácticas totalmente inseguras
y sus complicaciones, ellos son la tercera causa de mortalidad materna y la
primera causa de morbilidad de hospitalización de las mujeres. En cifras del
propio Ministerio de Salud un 44% de mujeres que interrumpen su embarazo acuden
a personas sin calificación para ejercer la medicina. En zonas rurales es el
65%.
Pero, ¿cuáles son las cifras de las mujeres
que quedaron embarazadas producto de una violación? Esta es una estadística
difícil de establecer, sin embargo, el Ministerio de Salud estimó que, de los
nacimientos ocurridos entre el 2000 y el 2005, el 57% se dio sin haber sido deseados,
es decir, un estimado de 1.8 millones.
Embarazos no deseados y no embarazos que
ponen en riesgo la salud. Mujeres que no están contempladas en el reglamento
que se ha aprobado pues su libertad aun no ha sido reinvindicada. El camino
para la despenalización del aborto en diversos escenarios, y no solo en casos
médicamente graves, aún es largo y complejo. Los prejuicios y la doble condena
hacia las mujeres que sufren una violación y un embarazo a consecuencia siguen
siendo un factor que hará que las cifras de abortos inseguros se eleve año a
año.
11 septiembre, 2014
ABORTO TERAPÉUTICO
Por Antero Flores-Araoz
Al finalizar el mes de junio, fue publicada en el diario oficial “El
Peruano” una Resolución Ministerial del Sector Salud, por la cual se aprobó la
“Guía Técnica Nacional para la estandarización del procedimiento de la Atención
Integral de la gestante en la Interrupción Voluntaria por Indicación
Terapéutica del Embarazo menor de 22 semanas con consentimiento informado en el
marco de lo dispuesto en el artículo 119 del Código Penal”.
La dación de dicha norma generó expresiones de aceptación como de
rechazo, por lo que más allá de las creencias religiosas y comportamiento ético
de cada cual, conviene explicar de qué se trata el asunto.
Pues bien, comenzaremos por el aborto, cuya definición más generalizada
es la interrupción del embarazo por causas naturales o deliberadamente
provocadas. Esto último, en buen romance,
es quitar la vida al ser antes de su nacimiento.
Como la Constitución consagra el derecho a la vida, nuestra legislación
penal sanciona genéricamente el aborto provocado, aunque con una excepción. Es
así que el Código Penal distingue varios tipos de aborto, entre los que tenemos
el auto aborto, el aborto consentido, el causado por profesionales, el
preterintencional, el terapéutico, el ético y el eutanásico, pero solamente el
terapéutico no es punible cuando sea practicado por médico con el
consentimiento de la mujer embarazada o su representante legal, siempre y
cuando sea el único medio para salvar la vida de la gestante o para evitar en
su salud un mal grave y permanente.
La Guía Técnica a la que nos hemos referido en el primer párrafo de este
artículo, marca un antes y un después en el tema del aborto terapéutico. En efecto, antes de la aprobación de tal
Guía, que no es otra cosa que un protocolo técnico que deben cumplir los
médicos para autorizar el aborto terapéutico, no había un protocolo aprobado
por el Estado que señalara los requisitos, trámites, y exámenes que debían
realizarse antes de practicar el mencionado aborto. Al no existir el protocolo había
discrecionalidad médica, lo que podría llevar a excesos no deseados y actuar
permisivamente.
Después de la aprobación del protocolo o Guía Técnica, se reduce
significativamente la discrecionalidad médica, se determina la existencia de
una previa Junta Médica y se detallan las dolencias y enfermedades que pueden
conducir a la decisión abortiva. El
ámbito de permisibilidad se acorta sustantivamente con el protocolo o Guía
Técnica a la que nos referimos, y al no ser estático, sino que puede ser
modificado, según avancen las ciencias médicas, podrán excluirse enfermedades
que hoy califican como causas para practicar el aborto terapéutico y que mañana
pudieran ser curables y no afectar la vida de las gestantes.
Sin abjurar el autor de esta nota de su posición a favor de la vida, no
puede dejar de reconocer que la existencia del protocolo médico tantas veces
aludido, es mejor que no tenerlo, ya que como repetimos es limitante respecto a
la permisibilidad anterior a su existencia.
05 septiembre, 2014
Otro caso de tibieza de los dirigentes médicos.
Otro médico que duda, que no sabe que decir, que en su lenguaje esconde una respuesta concreta a las mujeres que tras una violación quedan embarazadas. Se trata de Jesús Bonilla, Presidente de la Federación Médica Peruana. Escúchalo en el siguiente video.
03 septiembre, 2014
Decano del Colegio Médico César Palomino no es claro frente a la violación sexual y posterior embarazo
Increíble: el decano del Colegio Médico, César Palomino muestra una actitud absolutamente dubitativa y muy poco clara respecto a la interrupción del embarazo tras una violación sexual. Escúchalo en el siguiente video.
01 septiembre, 2014
Saberse producto de una violación es casi siempre un hecho traumático
Una
violación sexual es un crimen execrable, que daña fibras tan íntimas, que la
sola posibilidad de vivirla no es siquiera imaginable. Si de esa violación, una
mujer queda embarazada todo se complica más. Cada mujer debería tener la capacidad
para decidir qué hacer con ese embarazo. Ninguna de las opciones es fácil. A
continuación les presentamos la historia de Rosa quien en la pubertad supo que
era hija de un violador. En este caso su madre optó por tenerla, esta fue su
opción. Todo, absolutamente todo lo que toca una agresión como la violación
sexual, lo contamina con su violencia.
Mi nombre es Rosa. Bueno, en realidad, ese
no es mi nombre pero es un nombre que se usa en este tipo de casos. Historias
como la mía muchas veces requieren de un nombre común pero no real. Común
porque esta es una de esas historias que le puede pasar a cualquiera. Cualquier
mujer que lea esto puede llamarse Rosa o puede ser Rosa. No real porque las que
contamos historias como la que me tocó quisiéramos que no fueran verdad. Pero
lo son.
Todo empezó una tarde en que peleaba con mi
hermana. Una pelea entre muchas hasta que ella dijo las palabras que partirían
mi vida en dos: “no somos hermanas, tu
eres hija de una violación”. Lo dijo así, en seco, y de pronto sentí como
si un rayo hubiera caído y me hubiera dejado partida por la mitad. Tenía 13
años y ninguna posibilidad de entender lo que me estaba pasando.
A esas alturas de mi vida ya se había
vuelto parte de mi rutina el escuchar a mi madre decirme “bastarda”. Era doloroso pero yo solo pensaba que era una palabra
hueca. Ya me había acostumbrado o quizás no lo entendía del todo. Era como esos
golpes que recién se sienten a las horas de haberlos recibido. Pero cuando mi
hermana dijo: “hija de una violación”
entonces sí que todo cobró el peor significado.
28 agosto, 2014
¿Pueden el Estado y la sociedad disponer del cuerpo y del proyecto de vida de las mujeres?
Escribe: Verónica Mendoza*
Tenía 11 años, venía de una
comunidad andina, había sido encargada por sus padres a sus “padrinos”
residentes en Lima, apoyaba en las labores de la casa e iba a la escuela. Ahí
fue donde sus maestras se percataron de la angustia que la invadía cuando
llegaba la hora de volver a casa, entre otros signos de que algo andaba mal.
Finalmente, Marita[1]
les reveló su drama: el hijo de sus padrinos abusaba sexualmente de ella, una y
otra vez. La acompañaron a la Comisaría, donde la niña tuvo que relatar –y
revivir- su drama, una y otra vez, al policía, a la fiscal, al personal del
Centro de Emergencia Mujer. Ahí fue que
me reportaron el caso y se continuó su acompañamiento. En el proceso, pasó por
un examen médico para determinar su estado de salud. Entonces irrumpió,
aterradora, la pregunta: ¿Y si esta niña de 11 años había quedado embarazada
como resultado de las violaciones sexuales? ¿Qué iba a pasar ahora con Marita?
¿Qué pasaría con su vida, con su salud, con sus estudios?
Lamentablemente, el caso de
Marita no es aislado. Nuestro país tiene la tasa más alta de denuncias por
violación en América del Sur; en el 2013 el Ministerio Público registró 17 763
denuncias por delitos contra la libertad sexual, cerca de 50 casos cada día. En
el 75% de casos las víctimas fueron menores de edad. Más del 30% de niñas y
adolescentes víctimas de una violación sexual resultan embarazadas. 34% del
total son violadas en su propio domicilio.
Y el drama de cada una de estas
niñas, adolescentes y mujeres se reproduce y se agudiza cada vez que la
sociedad y el Estado les dan la espalda, en un círculo de violencia sin fin.
Ese Estado que no fue capaz de protegerlas, de darles seguridad en la calle, de
dar curso a sus primeras denuncias en una Comisaría, es el mismo que, por falta
de logística (cámaras Gesell) o de formación de los funcionarios competentes,
les hace revivir una y otra vez la ominosa vejación de la que han sido víctimas.
Ese mismo Estado es el que las deja solas en su búsqueda de justicia: menos del
1% de denuncias es defendido por el
Estado Peruano[2]
y los procesos son largos, interminables a veces.
Como si este círculo de
violencia no fuera suficiente, el Estado obliga a la mujer, niña o adolescente
víctima de violación a llevar a término el embarazo, la obliga a asumir el
resultado de un delito condenado por la ley y la sociedad, sin tomar en cuenta
el impacto que puede tener en su proyecto de vida, en su salud física y mental.
Si decidiera interrumpir ese embarazo el Estado la condenaría con una sanción
penal (pena privativa de libertad no efectiva de tres meses). No establece ni
siquiera la posibilidad de acceder gratuitamente a un anticonceptivo oral de
emergencia que no es abortivo (la OMS refiere que surte efecto antes de la
fecundación). ¿Con qué derecho un Estado que no supo protegerla para evitar que
fuera violada, que la revictimiza cuando denuncia, que la deja sola en la
búsqueda de justicia, pretende encima obligarla a llevar a término el embarazo?
Tras la aprobación de la Guía
para la interrupción voluntaria del embarazo por indicación terapéutica por el
Ministerio de Salud, el debate se abre a la interrupción en caso de violación
sexual. Recientemente, el Comité para la eliminación de la discriminación
contra la mujer de la ONU recomendó al Estado peruano que considere la
interrupción del embarazo en casos de violación, incesto o severa malformación
del feto, en caso de que la mujer así lo decida.
La sociedad y el Estado deben
asumir este debate con gran responsabilidad, superando los esquemas
tradicionales y machistas que no conciben a la mujer como sujeto de todos los
derechos, que le asignan y le imponen la maternidad como designio único e
inevitable, concibiéndola, en buena cuenta como una suerte de útero andante. ¿Y
el derecho al libre desarrollo de la personalidad? ¿A caso no debiera ser
potestad de la mujer tomar ese tipo de decisiones puesto que se trata de su
cuerpo, pero también de su proyecto de vida? ¿O deben el Estado y la sociedad
disponer de éstos restringiendo su
libertad y dignidad? Si una mujer decide continuar con el embarazo resultante
de una violación sexual, el Estado y la sociedad deben acompañarla; y si su
decisión es interrumpir ese embarazo deben brindarle también la información
necesaria, el acompañamiento y los servicios que requiera, y no darle la
espalda -una vez más- y obligarla a hacerlo en la clandestinidad poniéndola
nuevamente en situaciones peligrosas para su salud y su vida.
La interrupción de un embarazo
debe ser siempre el último recurso, el Estado y la sociedad deben brindar todas
las condiciones, hacer todos los esfuerzos posibles para que la maternidad sea
siempre el fruto de una decisión libre y responsable que garantice para la
madre y para su hijo o hija una vida plena y feliz. Mientras no se puedan
garantizar esas condiciones la mujer debe tener la posibilidad de decidir.
En cuanto a Marita, por suerte,
no quedó embarazada. La acompañamos hasta que, tras pasar por un albergue de
INABIF, pudo volver a casa, con su familia, con acompañamiento del MIMP, libre
para seguir sus estudios, para jugar, para vivir. ¿Y si hubiera quedado
embarazada como resultado de esas violaciones sexuales? Tú, ¿la hubieras
obligado a seguir con ese embarazo?
Lima, agosto de 2014.
[2] "http://elcomercio.pe/lima/sucesos/cada-dia-se-denuncian-49-casos-violacion-sexual-peru-noticia-1735980"