El derecho de las mujeres a decidir

DÉJALA DECIDIR es una iniciativa ciudadana para cambiar una ley que vulnera el derecho de las mujeres a decidir.
Busca unir esfuerzos para la despenalización del aborto en casos de violación sexual.

09 agosto, 2014

Católicas feministas

Este texto ha sido tomado de la edición on line del diario La República. Está escrito por Gabriela Wiener quien escribe sobre la mujeres católicas, feministas, comprometidas  y que están, en relación al aborto por violación sexual, en favor que las mujere puedan tomar su propia decisión sin ser penada por la ley. Este es el texto:

Católicas feministas
Tiene que ser una broma. ¿Católicas feministas a favor del aborto? ¿En serio? Mujerescatólicas y feministas debe haber unas cuantas, pero ¿abortistas? Parecía el titular de un diario satírico online que hace poco denunciaba la desidia de la Iglesia así: "deberíamos proteger aún más la vida, por ejemplo de ese homicidio silencioso que ocurre cada 28 días en todos los hogares, la menstruación". Pero no, aunque era una paradoja, no era un chiste. Las católicas feministas me contaron que estaban impulsando una iniciativa ciudadana en el Perú a favor de la despenalización del aborto terapéutico. Nuestro país tiene la tasa más alta de denuncias de violación de toda la región y casi el 40 por ciento de niñas violadas resultan embarazadas. Bueno, me dije, en un país en el que una hermana evangélica ha llegado a ser ministra de la mujer, todo puede pasar. Pero no bajé la guardia, me dije que en algún lugar tenía que estar el truco. Todos sabemos que hay católicos que usan condón y que abortan, pero ninguno lo eleva a doctrina. Así que les pregunté si estaban también a favor de cualquier tipo de aborto y su respuesta fue que estaban a favor de las decisiones libres de las mujeres. De hecho, su campaña se llama "Déjalas decidir". Sí que eran feministas. Una voz distinta en el coro angelical. Después de comprobar que el movimiento había surgido en EEUU en los 70 y que tenía pares en toda América Latina y España, y sobre todo, después de volverme su fan en Facebook y devorar sus youtubes, “Catolicadas”, en el que las monjitas toleran con alegría el divorcio y la homosexualidad, y rechazan que el Papa use a Dios para justificar el odio y la exclusión, me puse a pensar por primera vez con simpatía en una Iglesia más humana, como aquella que soñaron los teólogos de la liberación; una utópica, que amara a las mujeres y no solo a las vírgenes. Por lo pronto, voy a poner mi firma pese a no estar bautizada. Aunque nos separen nuestras creencias, nos unen nuestros derechos y la indignación de ver cómo la despenalización del aborto sigue atascada en la casilla de salida.

 Puedes leerlo también en La República.

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