El derecho de las mujeres a decidir

DÉJALA DECIDIR es una iniciativa ciudadana para cambiar una ley que vulnera el derecho de las mujeres a decidir.
Busca unir esfuerzos para la despenalización del aborto en casos de violación sexual.

04 agosto, 2014

Embarazo por violación: doble crisis.

 La violación sexual es una experiencia dramática y traumática compleja y profunda en la vida de una mujer. En la investigación titulada ¨Embarazo por violación. La crisis múltiple¨, dirigida por  la psicóloga María Ladi Londoño en el año 2001, se llega a la conclusión de que el drama de este evento violento contra la libertad sexual, se prolonga por otras crisis que se multiplican cuando ocurre un embarazo no deseado.
La primera crisis es la noticia misma del embarazo y viene seguida por decisiones complejas. El embarazo forzado enfrenta a la mujer, quien tiene que lidiar primero con el trauma de la violación, a enfrentarse a opciones que antes ni se consideraban como interrumpir el embarazo o dar al bebé en adopción. Otras posibilidades son el enfrentar la maternidad en solitario; una crianza impuesta por las circunstancias y con el temor de haber contraído alguna enfermedad de transmisión sexual.
¨Es decir, la violación provoca un encadenamiento de crisis inevitables que comprometen la vida de las sobrevivientes y su futuro además de numerosos efectos sociales derivados¨, explica la investigación. Los efectos sociales pueden propiciar la violencia familiar, el abandono o la vida en familia con hijos no deseados ni amados.
Más allá de la edad que tenga una mujer que se enfrenta a la crisis de pasar por una violación y luego un embarazo no deseado producto de esta, es un factor repetitivo el que busquen ocultar el hecho para supuestamente no provocar más violencia. Cuando una violación ocurre “(…) los hombres de la familia se dedican a buscar al agresor y esto solo repite el círculo de dolor y crisis”, piensan muchas mujeres. Cuando piensan en la respuesta que sus parejas les darán, si les confían que han sido víctimas de violación, muchas mujeres creen que no les creerán y las culparán.
Las mujeres siguen siendo violadas en su libertad incluso mucho tiempo después de ocurrido el hecho violento. Esto ocurre porque no solo son sus cuerpos los que han sido violados es también su integridad y su autonomía; se les ha dejado sin fuerzas ni autoestima para luchar por sus derechos. El miedo las mantiene paralizadas y es por ello que muchos violadores convierten a las mujeres en seres indefensos a los que han sometido más allá del acto sexual.
El reconocimiento de la libertad de decidir respecto a la maternidad es quizás la opción más firme para devolverle a la mujer la libertad que le fue arrebatada. Penalizar el aborto por violación es seguir violentando la libertad de las mujeres que han sufrido un ataque sexual.

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